23.10.08

Ni el autor ni el contenido de esta bitácora tienen algo que ver con la versión en otros formatos de la tragedia, sobre todo con la invisibilización aleve, tilinga y cretina de la Dra. Palumbo, sobreviviente del matrimonio de profesionales que defendió a capa y espada a casi todos los deudos de los crápulas de turno en la AFA y que sigue siendo un testimonio vivo incomparable. Los marketineros, nadadores a dos aguas y pertenecientes al bando ¡Figuración o Muerte! podrán seguir haciendo estragos, darles cámara solamente a la actual dirigencia de River Plate, igual a la de 1968 y a la del siglo XXII, si es que el fútbol sobrevive, pero jamás que se oculte la verdad. Por más fintas fashion que hagan y mintiendo con cara de piedra a los que preguntan por algo más que un traspié informativo, argumentando que se enteraron cuando estaban en la posproducción o que les dijeron que los integrantes del matrimonio habían muerto. Todo de buenas intención, que no tuvieron mala onda. Y no. Son tilingos, irresponsables, adoradores del Dios Mercado y prefirieron las entrevistas a figurones mediáticos para atraer chichipíos a la verdad histórica. Creen, eso dicen, que no embarran la cancha por armar una vocinglería de notables con algo de raiting o trepadores que aprovechan el derrumbe para subir más rápido. Y a pesar del fracaso van por más. Ahora están empeñados en otra comparsa, más grande, con toda la violencia futbolera nacional. ¿Ideas? Sólo una: hacer plata y cholulear, aunque sea con el dolor de los deudos y los siempre prestos expertos y periodistas deportivos, guitarreros del dolor ajenos e industriales de las lágrimas de cocodrilo.